LA BIOFILIA NOS CONECTA
- octubresanchez
- 9 ago 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 10 ago 2023
En la actualidad, la mayoría de los ciudadanos urbanos viven en áreas donde la naturaleza es escasa y el contacto con el paisaje limitado. Sin embargo, nuestra conexión con la naturaleza y el paisaje es fundamental para nuestra salud y bienestar. Por tanto es importante que aprendamos a conectarnos con ella, incluso en áreas urbanas.
La biofilia es un término original del psicoanalista Erich Fromm (1964) etimológicamente se refiere a nuestra conexión innata con la naturaleza y los seres vivos. Esta consciencia de la vida esta en nuestro ADN, es la memoria evolutiva del cuerpo que reconoce la fuente que optimiza y recupera nuestros sistemas. El concepto de la biofilia se aplica en la vida ordinaria en distintas maneras. Por ejemplo, la presencia de plantas en nuestro hogar o lugar de trabajo puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad del aire interior. Además, caminar por los parques de la ciudad o practicar senderismo en áreas naturales cercanas puede proporcionar un ambiente tranquilo y relajante que nos permite conectar con la naturaleza. En la arquitectura la biofilia se aplica en el diseño de edificios y espacios públicos. Los arquitectos y diseñadores utilizan texturas y elementos naturales como el agua, la luz y las plantas para crear espacios más saludables y atractivos. Pues la incorporación de estos en el diseño puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la productividad.
Tener acceso y contacto con la naturaleza tiene efectos positivos en nuestra salud física y mental. Para aquellos que viven en áreas urbanas, puede ser difícil encontrar vida silvestre o paisajes, pero existen muchas maneras de conectarse con ella incluso en áreas urbanas.
Una forma es tener plantas en el hogar. Otra opción es caminar por los parques de la ciudad. Los parques pueden proporcionar un oasis natural en medio del ajetreo y el bullicio urbanos. Aunque muchos lo ignoran o no lo han considerado, la práctica artística también es una forma de conectarse con la naturaleza. Como sabemos los artistas pueden trabajar al aire libre, lo que les permite conectarse con el medio ambiente. También al utilizar elementos naturales en su trabajo para experimentar con la textura, la forma y el color intercambian energías con el entorno mientras practican la observación.
Otra manera de conectarse es practicar senderismo o camping en áreas naturales cercanas. Estas actividades permiten una experiencia más directa y natural con el paisaje. En consecuencia al comprender y apreciar la belleza y complejidad de la naturaleza, es más probable que las personas tomen medidas para protegerla y preservarla.
Además, cultivar nuevas experiencias con el paisaje puede ser una fuente de inspiración y creatividad como ha ocurrido a los artistas de todos los campos durante siglos.
OBSERVAR EL PAISAJE CON LOS PIES
Observar el paisaje puede ser una experiencia medicinal, incluir el “enraizamiento” o estar descalzo en tierra, tiene numerosos beneficios para nuestra salud física y mental. Se ha demostrado que pasar tiempo en la naturaleza reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta el bienestar general. Además, la conexión con la tierra se ha relacionado con la reducción de la inflamación y la mejora del sueño.
Para experimentar plenamente los beneficios medicinales de la observación del paisaje, es importante involucrar todos nuestros sentidos. Disfrutar de las vistas, los sonidos, los olores y las texturas del entorno natural puede ayudarnos a sentirnos más conectados y presentes en el momento. Respirar profundamente aire fresco y sentir el sol en la piel también puede favorecer la relajación y el alivio del estrés.
Experimentar la tierra caminando descalzos o simplemente sentarse en el suelo puede hacernos sentir más cercanos con el mundo natural y reducir los sentimientos de aislamiento y desconexión. Se ha demostrado que esta práctica mejora la función del sistema inmune además reduce la ansiedad e incluso mejora el estado de ánimo
En general, observar el paisaje y enraizarnos en la naturaleza puede ser una poderosa herramienta para fomentar la salud física y mental. Dedicar tiempo y cultivar actividades al aire libre puede ayudarnos a sentirnos más centrados y en paz en nuestra vida cotidiana. Hoy día la estresada vida contemporánea nos provoca un nuevo enfoque sobre el paisaje como experiencia medicinal.
El efecto cromoterapia al caminar por el campo se manifiesta al influir en nuestro estado de ánimo y emociones mediante la exposición al color. El beneficioso y mágico impacto de la naturaleza en el cuerpo y mente es infalible, todos lo hemos experimentado. Los colores tienen efectos diversos sobre nuestra psique y cuerpo pues controlan el metabolismo función determinante para nuestro bienestar físico. Los colores pueden incluso influir en nuestra presión sanguínea o aumentar nuestro apetito. Si nuestra comida tiene colores inusuales podemos incluso sentirnos enfermos sólo con mirarla. El rojo por ejemplo es energizante y estimulante mientras que el azul calmante y relajante. Exponiéndonos a distintos colores durante un paseo tenemos una sensación de bienestar general y equilibrio en nuestros niveles de energía. También alivio de síntomas y afecciones físico - mentales, como depresión, la ansiedad y dolor crónico.
Se sabe que el verde tiene un efecto calmante y tranquilizador pues conecta con nuestro origen mas primigenio relaciona instantáneamente con la naturaleza, ante ese estimulo el cerebro se relaja en cuestión de segundos así que puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad al aumentar nuestra sensación de bienestar. Por ello, la exposición a entornos verdes se ha relacionado con una mejora de la función cognitiva, la creatividad y la productividad. Los estudios han demostrado que estudiantes expuestos a espacios verdes obtienen mejores resultados en los exámenes y mejoran la concentración y la retención de la memoria. El verde también se asocia a beneficios del sistema cardiovascular y respiratorio. Estar en entornos verdes también puede fomentar la actividad física, mediante el ejercicio recreativo o deportivo. En general, la exposición a diversos tonos de verde puede tener un impacto positivo en nuestra salud, por lo que es importante incorporar los espacios verdes a nuestra vida cotidiana.
ARTE DE OBSERVAR
El arte de observar con todos nuestros sentidos es una habilidad que requiere práctica y atención. Implica utilizar no sólo la vista, sino también el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Utilizando todos los sentidos, podemos comprender y apreciar mejor el mundo que nos rodea. Por ejemplo, al observar una obra de arte, podemos utilizar la vista para apreciar sus colores y formas, pero también el tacto para sentir su textura, el oído para escuchar los sonidos que pueda emitir e incluso el olfato para detectar las fragancias que pueda desprender. Del mismo modo al explorar la naturaleza, utilizamos nuestros sentidos para observar los colores y formas de plantas y animales, pero también podemos escuchar los sonidos del canto de los pájaros o el susurro de las hojas al viento, también sentir texturas de los distintos tipos de hojas o rocas, saborear la dulce fruta madura y oler el aroma terroso del suelo. Practicando el arte de observar con todos nuestros sentidos podemos mejorar nuestras experiencias y profundizar nuestra comprensión del mundo que nos rodea.
Con tanta distracción digital hoy día es un arte que debemos aprender. No se trata sólo de ver cosas, sino de prestar atención a los detalles, analizar e interpretar lo que vemos. La observación nos ayuda a comprender mejor el mundo que nos rodea y a tomar decisiones fundamentadas basadas en nuestras experiencias. Ser un buen observador tiene muchas ventajas. Por ejemplo, nos ayuda a ser más creativos, a resolver problemas con más eficacia y a comunicarnos con más claridad. También nos ayuda a ser más empáticos ya que mejoramos la capacidad de comprender las perspectivas de los demás. Para llegar a ser un buen observador necesitamos practicar. Podemos empezar por prestar atención a nuestro entorno y fijarnos en los pequeños detalles que de otro modo, pasaríamos por alto. También podemos practicar observando a la gente, su comportamiento y su lenguaje corporal. Esto puede ayudarnos a comprender mejor sus pensamientos y sentimientos y a comunicarnos más eficazmente con ellos. En definitiva, observar es una habilidad que puede desarrollarse con el tiempo. Con la práctica, podemos aprender a ver el mundo de una forma nueva y a ser más conscientes de la belleza y la complejidad que nos rodea. Así que empecemos a observar hoy mismo y no dejemos nunca de aprender.
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